Su génesis se dio en 1959 cuando un grupo de inquietos y
emprendedores alumnos de 2º E, entre los cuales estaban Raúl Escalante, Roberto Guembe, Elvira Castro, César Chaparro, etc, decidieron hacer una revista del curso. De esta manera, realizaron varios ejemplares en mimeógrafo que luego vendían en los pasillos. La directora, Prof. Carmen Vera Arenas, en un primer momento reprendió a los alumnos por la iniciativa, pero luego los instó a crear una revista de y para mi comunidad educativa. Así se formó el Club de Periodismo asesorado por el profesor de Literatura, excelente poeta y crítico, José Santiago Arango.
En 1960 se realizó un concurso para darle una denominación y, entre varios nombres propuestos, salió triunfante el de Mangrullo por su significado.
Mangrullo es un argentinismo por atalaya, que proviene del árabe "atalayi", centinelas. La atalaya equivale a la torre más alta de un fortín desde donde el vigía observa para reconocer lo que sucede y avisa a los demás. Históricamente el centinela advertía desde el
mangrullo el ataque de un malón, el incendio de los campos, la crecida de los ríos, las tormentas y la llegada de amigos. De allí el sentido del título de la revista; pues los jóvenes periodistas, con altura, están en observación y al acecho para recoger, seleccionar e informar por escrito los sucesos relevantes.
En 1961 se publicó el primer número bajo la responsabilidad del alumno Roberto Guembe.
Impresos en sistema rotaprint en la Facultad de Filosofía y Letras, se lanzaron tres números con tamaño carta en 1961 y uno con formato tabloide en 1962.
Tras el retiro del Prof. Arango en 1963, la profesora de
Lengua y Literatura Erminda Vila de Arroyo fue la nueva asesora de la revista hasta 1965. Durante este período se realizó una publicación en octubre de 1963, dos en 1964 (agosto y octubre) y dos en 1965 (julio y noviembre). En ellas se dio notable importancia a las experiencias vividas por los alumnos becados en Estados Unidos y a los que llegaban a mi ámbito procedentes de ese país del norte.
Al año siguiente se hizo cargo de la revista la alumna María Angélica Pouget. Pero en 1967 no se publicó porque la directora, Prof. Azucena Bassi, rechazó el abordaje de la temática.
Bajo el asesoramiento de la Lic. Emerita Talet de López
salieron dos números en 1968 con el formato carta que cambiaría a tabloide un año después. Se publicaron dos números en 1969 y dos en 1970; uno en 1971 y 1972 respectivamente. No se mantuvo la numeración correlativa, pues se comenzó nuevamente con el
número uno. La excelente calidad periodística y la seriedad de los temas tratados estuvo presente en esos años. Mangrullo colmó las expectativas que giraban en torno a mi nuevo edificio escolar con entrevistas a profesores y directivos. Por razones económicas en 1973 y 1974 se imprimió, con los medios que disponía, en rotaprint. Y desde 1977 en sistema offset, cuando era asesor el locutor Walter Aníbal Ravanelli. Ese año se enviaron unos ejemplares de Mangrullo a la presidencia de la Nación a cargo del Gral Jorge Rafael Videla. Como
respuesta se recibió una carta del secretario presidencial, Jaime Sánchez, felicitando a Mangrullo e instándolo a continuar su misión. La revista, que salía editada dos veces por año, desde 1987 se transformó en anual.
La Licenciada en Ciencias de la Comunicación María Laura Varas de Amín está a cargo de la misma desde 1995. A través del taller de Comunicación Social conduce a los jóvenes en el quehacer periodístico con la publicación de Mangrullo, y en el radial con Magisterio en el Dial en la 96.5 FM Radio Universidad.
Objetivos de Mangrullo
Los alumnos que comenzaron con la revista tuvieron, como objetivo inicial, comunicar lo que sucedía a su alrededor y lo que sentían. Sin saberlo explícitamente estaban desarrollando aspectos vocacionales. Esos primeros protagonistas del hacer periodístico tenían iniciativas comunes, querían entablar relación comunicacional con otros colegios. La publicación los unía, aunque fuese una moda. Hoy, puedo decir que, a través de Mangrullo, siempre se ha pretendido informar a mi comunidad educativa lo que ocurría y ocurre aquí y en el contexto histórico en que se desarrollan los
hechos. Se ha dado la posibilidad, al que quisiera, de expresarse. Se ha pretendido preparar al alumno en la indagación, en la crítica, en la creatividad, en el discernimiento entre la verdad y la mentira...
Evolución del logo y de la revista
Mangrullo ha conservado la fiel reproducción en el papel de aquello que, siendo pasado, vuelve a hacerse presente cada vez que se lo lee o simplemente se observa su formato exterior. Sin embargo, cada época con sus ritmos, cada docente asesor con su modo particular y cada grupo de alumnos con su frescor juvenil, todos dedicados al apasionante quehacer periodístico, han dejado su impronta en él. Así, ha evolucionado, se ha ido transformando en un proceso temporal que lo distingue desde lo externo o estructural a lo interno o temático.
Por lo tanto, el dibujo del mangrullo y el tamaño de la revista reflejan las variaciones diferenciadoras que han tenido, y que son propias del momento oportuno de su realización. Por ejemplo, entre los años 1961 y 1962 se evidencian diferencias notables en cuanto a su presentación y formato. El primero, impreso en un tamaño de 22 x27 cm. El segundo, ostentaba como tamaño original del tabloide 28 x38 cm.
En el primer número de 1961, el logo se ubicaba en la
segunda hoja, lo precedía una portada con el título. Un mangrullo sin techo ocupaba la mitad izquierda de la carilla (figura 1). Y en 1962 no se bosquejó el mangrullo.
Palabras de Estela Crivelli de Calcagno